Así lo manifestó un jubilado oriundo de la localidad de Garupá que el 29 de enero se hizo acreedor de 18.379.738 pesos después de confeccionar un cupón de la Quiniela Poceada Misionera en la Agencia N° 398, de Garupá, acertar los ocho números y llevarse el pozo acumulado.
“Ese día no teníamos para comer con mi señora”, dijo el feliz beneficiario, a quien un familiar prestó dinero para que pudiera adquirir algunos alimentos. “Compré un kilogramo de aguja, dos papas y galletas, y me fui a casa a cocinar. Entregué el vuelto a mi mujer y lamenté no haber jugado a la Poceada, porque el día anterior tampoco me alcanzó la plata para hacer una boleta”.
Fue entonces que la esposa quien le facilitó los 60 pesos para concretar la apuesta en el Sorteo N° 2302, del pasado sábado. “Entre otros números, iba a apostar al 81 pero recordé que por culpa de ese no saqué un premio mayor en otra oportunidad, entonces me decidí por el 83, que salió gracias a que se produjo un reemplazo”, relató el ex taxista que, entre tantas necesidades, todavía no definió la manera de invertir el dinero. “Esta fue una sorpresa por lo que no pensé qué hacer con esa plata porque estamos pasando un mal momento económico”, explicó.
El pozo estimado para el sorteo de la siesta de este miércoles es de 4.260.000 pesos.